Música Eclesiástica
La música eclesiástica se emplea
en relación al servicio divino para más que nada
la glorificación de Dios, la
música eclesiástica tiene en común con la música secular la combinación de los
tonos en la melodía y la armonía, la
división del tiempo en ritmo, medida y tempo, la dinámica, o la distribución
del poder, el color del tono en la voz y los instrumentos, los estilos más
simples y más complicados de composición.
La primera y más urgente condición que la Iglesia impone
respecto a su música es que esté en conformidad con el lugar, el tiempo y el
propósito del culto divino; que sea sacra y no profana; en otras palabras, que
sea música eclesiástica y no teatral. La música teatral está tan fuera de lugar
en una iglesia como la representación de un drama secular, la exposición de una
escena bélica, o incluso una estatua que represente a una deidad pagana.
Música Griega
La música de la Antigua Grecia era un arte que se
encontraba presente en la sociedad de forma casi universal: en las
celebraciones, funerales, en el teatro, a través de la música popular o
mediante las baladas que presentaban los poemas épicos. Representaba, por
tanto, un papel integral en las vidas de los habitantes de la antigua Grecia.
La función de la música en la sociedad de la antigua Grecia
estaba de cierto modo vinculada a su mitología: Anfión aprendió la música de
Hermes, y luego construyó Tebas usando una lira de oro con la que podía colocar
las piedras en su lugar tan sólo con el sonido que emitía. Orfeo, el maestro de
música, tocaba su lira con tal maestría que podía hacer dormir a las bestias, y
el mito de la creación del orfismo mostraba la génesis a través de una
narración en el que Rea tocaba un tambor, llamando la atención de los hombres sobre
los oráculos de la diosa. También encontramos a Hermes mostrando a Apolo su
lira recién inventada con el caparazón de una tortuga, las propias victorias
musicales de Apolo sobre Marsias y Pan.
La música en Egipto
La música egipcia era esencialmente mística y que además había manifestaciones orgiásticas para celebrar los grandes triunfos militares de conquista. Hubo manifestaciones de carácter lírico, es decir, expresiones de motivos personales.
Su música en un principio fue pentafónica, pero después se tornó eptáfono; los siete sonidos de la escala estaban dedicados, cada uno a cada planeta del sistema solar. El aspecto de la música de ese país, tenía parecido a la de los países SEMÍTICOS: Caldea y Judea.
Sin confirmación, el canto y la danza iban siempre unidos y que los instrumentos eran complementarios, es decir, que servían para acompañar las melodías. Es casi seguro, que la música egipcia, como toda la de la antigüedad era monódica y que algunas veces se empleó la octava.
Sección Aurea
La sección dorada de nuestros sueños es la perfección
anhelada por los grandes diseñadores que tratando de igualar a dios, imitan en
forma la proporción del entorno sin comprenderlo del todo, este procedimiento
tan admirado en las columnas griegas del Dórico y Jónico nos repiten su formula
en la misma proporción del Partenón . En cada espacio, abierto y cerrado se
puede comprender que su unidad esta disminuida a un porcentaje y ampliada en
otros sectores, Es necesario, sí, hacer análisis de esto.
Sin embargo, este tratado de belleza puede ser interrumpido
por los ortodoxos del arte y la geometría, quienes a su vez en carácter idílico
nos exigen una perfección en las formas. Así, cuando en carácter ergonómico analizamos
la forma de un escalón, pudiéramos decir a la manera Hitleriana que no están
diseñados para los inválidos ni para los rangos. De este mismo modo podemos,
exagerar al analizar la geometría de un rostro en busca de la perfección.
Este nuevo tratado les invita a rectificar desde un punto
de vista humano esta perfección; analizado en cada ser se encuentran pequeñas
proporciones de oro que nos dan un carácter único y estético, pues la fealdad
solo es adjudicadle a las bestias, incluyendo las más bellas.
Sección aurea y al música
La
música es un ejercicio aritmético secreto y la persona que se entrega a ella no
se da cuenta de que está manipulando números.
Para
llegar a la relación entre música y matemáticas, entre música y Proporción
Áurea, debemos realizar un somero recorrido por la evolución de su lenguaje y
entender cuál es el proceso que sigue un compositor en el momento de su
creación. La música apela directamente al sentimiento, a la expresión de situaciones
abstractas a través del sonido, creando una belleza temporal que queda en
nuestra memoria. Las matemáticas apelan al razonamiento, al rigor lógico y la
abstracción extrema.
Las
enseñanzas en Grecia incluían la aritmética y la música de forma conjunta. La
aritmética permitía la comprensión del universo físico en tanto que la música
se dirigía a la armonía universal. Más tarde la música formó parte del
Quadrivium, junto con la astronomía, la geometría y la aritmética. La tradición
que consideraba al Universo como un gran instrumento musical se prolongará
durante la Edad Media y hasta el siglo XVII, cuando aparece la figura
de Johannes Kepler. El astrónomo alemán intentó comprender las leyes
del movimiento planetario y consideró que éstas debían cumplir las leyes
pitagó-ricas de la armonía.


